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viernes, 23 de mayo de 2008

Cuando la Refrigeración hace la diferencia



Es importante que el lugar de venta de productos frescos y/o congelados disponga de un buen sistema de refrigeración.
Actualmente, existen muchísimas variedades de productos que se ajustan a la necesidad del cliente.

Otro equipamiento necesario, cuando no indispensable, lo constituyen las exhibidores refrigeradas, mostradores, pozos de congelados y carniceras. La gama de opciones disponibles actualmente en el mercado es muy amplia, con modelos capaces de satisfacer cualquier necesidad.

LA CADENA DE FRIO

Una de las claves para la conservación de los alimentos es la congelación, sistema que impide la multiplicación de los microorganismos que afectan la durabilidad del alimento fresco y ponen en riesgo la salud de los consumidores.

Los alimentos congelados tienen las mismas propiedades nutricionales que los frescos. No obstante, la congelación supone algunas alteraciones físicas, pues la dilatación que experimenta el agua al transformarse en cristales de hielo rompe las estructuras celulares. Si la congelación es rápida, los cristales de hielo formados son menores y alteran menos los productos.
En determinados caos la calidad del resultado depende más de la rapidez con que se prepara y almacena en la cámara fría que de la rapidez de congelación.

Los métodos de congelación de los productos carnicol dependen del tipo de carne y del corte. El cerdo, por ejemplo, se congela justo después del sacrificio, mientras que el vacuno se cuelga durante varios días dentro de una cámara fría para hacerlo mas tierno.

La congelación se aplica a los alimentos más variados, incluido los productos de panadería, las sopas y los platos precocinados. Debido al costo elevado de la tecnología aplicada, los alimentos congelados son más caros que los frescos o las conservas, pero sus cualidades organolépticas son muy superiores.

CENTRALES DE FRIO ALIMENTARIO

Lo recomendable para estos productos son las CFA (centrales de frió alimentario). Se trata de un sistema de refrigeración automático, confiable y desarrollado que opera generalmente de tres a cinco compresores semihermeticos en paralelo, utilizando como refrigerantes R-22 y ecológicos.

Las necesidades de refrigeración de establecimientos como supermercados y cámaras frigoríficas son sumamente variables. La carga de productos durante el mismo día origina bruscos aumentos de la misma, mientras que por la noche al disminuir la temperatura ambiente y la actividad, estas reducen notablemente. Las necesidades obviamente difieren en invierno y en verano.

En la central de frió alimentario los motocompresores se van deteniendo automáticamente a medida que las necesidades de refrigeración disminuyen, lo que permite que los que se mantienen funcionando lo hagan con la máxima eficiencia.
Desde el punto de vista del consumo de energía eléctrica, un sistema centralizado de motocompresores múltiples es la solución ideal pues garantiza respuestas económicas y confiables a las necesidades frigoríficas.

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