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jueves, 16 de agosto de 2007

El sentido Común en los Negocios


El sentido común y la realidad en los negocios es sin duda la primera clave para poder tener un comercio exitoso. En nuestros bastos años de trayectoria, hemos instalado todo tipo de negocios para todo tipo de personas.
Sin duda algunas más duchas que otras y unos con menos experiencia.
Pero la experiencia no es lo que hizo caminar a un negocio, sino que a lo largo del recorrido hemos podido observar que los negocios se sostienen únicamente sobre los pilares del sentido común.
La realidad es dura y no es como nosotros la queremos ver, sino como es.
A quien no le ha pasado que ante la muerte de un ser querido o ante una desgracia sentimos que es una injusticia?. Pero la realidad indica que las personas nacen y se mueren, por lo tanto hay que aceptarlo y no protestar tanto ante estas realidades.
Pero hablemos de los negocios. Tener un mínimo de éxito es no solo haber usado el sentido común, sino también haber aceptado las frustraciones, los inconvenientes y no gastar plata a cuenta de futuras ventas.
Piense que algunas veces a pesar de usar el sentido común, en la realidad no nos va bien, hay imponderables que no están a nuestro alcance. Si nos llegara a pasar esto, nuestra conciencia estará en paz, sabiendo que hemos dado todo y nos habrá quedado la experiencia que por supuesto, no es poca cosa.

Vamos a compartir con ustedes una experiencia que nos ha tocado a la hora de asesorar y equipar un negocio.

Se acerco un hombre a nuestro local de venta, interesado en colocar una fiambreria. La persona fue atendida y asesorada como se debe, pero interiorizándonos en el tema, el nos contó que en realidad esta no era su vocación, sino que el tenia otra profesión que iba a seguir manteniendo.
Nos contó que era abogado, pero que tenia un hijo de 22 años al cual quería ayudar y por eso iba a colocarle un negocio para que el gestione.
Dicho hijo, hacia ya dos años que se despertaba a las cuatro de la tarde, tocaba la guitarra, se juntaba con sus amigos, y al otro día volvía a repetir lo mismo, haciendo de esto una procesión a la cual podríamos llamar estilo de vida.
La desesperación del padre por tolerar tal situación, lo llevo a querer ayudarlo y también hasta a auto convencerse de que el hijo en realidad no podía conseguir trabajo, que era su obligación como padre, sacarlo adelante.

Finalmente en el lapso de un mes, el negocio estaba instalado y listo para abrir. El padre no escatimo en gastos y decidió arrancar con lo mejor, haciendo una gran inversión y alquilando un excelente y costoso local en pleno microcentro.

Con el correr de los días, el negocio empezó a encaminarse, y la demanda de personal subió, lo cual alegro mucho al padre.
El problema es que el padre estaba alegre y el hijo estaba dormido, por que su énfasis y su interés por el negocio eran tan básicos como el sentido común de su progenitor.
Al cabo de un mes, el padre abandono por completo su vocación, cerrando sus oficinas y dedicándose de lleno a atender la fiambreria.

Lamentablemente con el correr del tiempo la fiambreria quebró. El padre, había perdido todo el capital que había ahorrado en un negocio que desconocía, había querido ayudar al hijo cuando el no lo quería, y lo mas importante de todo, había perdido el trabajo que no solo lo había mantenido hasta un día antes de colocar dicha fiambreria, sino también el que le había dado el dinero para colocarla.

La moraleja final que nos deja esta y tantas otras historias, es que Don Quijote de la Mancha se había cansado de pelear inútilmente contra los molinos de viento, y por más que el esfuerzo era desgarrador y ya merecía vencerlos, jamás estuvo dentro de la realidad. Y si uno no posee sentido común, no importa cuanto tiempo dediquemos o cuanto esfuerzo hagamos por nuestro negocio, simplemente, vamos a estar luchando contra los molinos de viento.
Es a tener en cuenta estos consejos:
  • Tener un perfil de mercado.
  • Hacer una correcta investigación del mercado.
  • Hacer una evaluación de la competencia.
  • Hacer sociedades que nos traigan beneficios
  • Elegir un nombre adecuado y registrarlo.
  • Elegir un buen local comercial.
  • Tener un buen diseño de imagen del negocio.
  • Gestión de Proveedores.
  • Tener siempre presente los costos.
  • Tener un mix de precios.
  • Capacitar debidamente el personal.
  • Tener una buena estrategia de comunicación
  • Ofrecer servicios
  • Tener un buen organigrama de distribución.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en vez de una fiambrería lo tendría que haber mandado a la escuela de infantería de marina, ahí se le iba a terminar la vagancia !!! y sólo hubiera gastado un viaje hasta Puero Belgrano !!